sábado, 10 de septiembre de 2011

Educación, Presente!

La utopía sarmientina sostiene que la educación no es "funcional a…", sino el punto de partida; que el individuo, con la educación, se transforma.
Más allá de sus contradicciones personales, Sarmiento, logró instalar los cimientos para una educación distinguida en su contexto socio histórico.
Hoy siento que caminamos por una senda diferente, que nos dirigimos hacia el lugar equivocado; preparamos a nuestros chicos para que logren una efectiva inserción laboral. Desde los tres años se les enseña inglés tiernamente; a medida que superan las instancias del ciclo escolar el mensaje pierde sutileza y se puede leer en algún ideario institucional "educamos a su hijo para que llegue a ser un profesional responsable". Entonces la utopía sarmientina se desvanece, la educación debe ser funcional.
Cada alumno debe encajar como un ladrillo en una inmensa pared, aquel que no se adapte a esta necesidad del docente, será considerado como un educando con problemas de aprendizaje; absurdo sería de nuestra parte, esperar una autocrítica del sistema educativo y escuchar "el docente tiene problemas para enseñar"
Prefiero considerar a la educación como un camino que nos conduzca al desarrollo personal y la búsqueda de una vocación.
Me pregunto por dónde puede comenzar ese cambio?