viernes, 15 de julio de 2011

Podés hacer la plancha a partir del momento en que sabés nadar.
Cuando aprendiste a hacer nada, te cansaste de hacer todo, de correr con toda la locura hacia metas que significaban un final, una llegada... y te preguntás: y ahora qué? O bien te fijás nuevas metas o te dedicás a hacer un tiempo la plancha; después de todo la vida es eso, es un lugar plácido que con nuestras obsesiones y ansiedades terminamos transformando en una carrera hacia el final, perdiéndonos de disfrutar el viaje.
Si aún tenés ganas de nadar te propongo aquí, en este lugar hacer la plancha, relajarnos, reirnos, comunicarnos, informarnos, desmediatizarnos, en fin, dejar de perseguir una meta sumergiéndonos en lugares que a veces no apreciamos por el vértigo que domina nuestra realidad.

2 comentarios:

  1. Cantee priiiii !!! jajaa...

    Dicen que la vida se cobra lo que le debes, pero también que paga lo que ella te debe y te ha arrebatado en más de una ocasión... Y bue... así es la vida, un cuadro de paradojas en cada momento y con cada cambio radical, por eso supuse que esto sería, para vos Marian, como una mezcla de DiarioIntimo y la última hoja del cuaderno, donde escribís boludeces...
    De todas formas procuraré relajarme y no tomarme en serio todo lo que lea; porque lo que está escrito tiene, muchas veces, lo mismo de falso, que de verdadero...
    (((Nota mental: "el buen humor nos salva, me salva", ni deprimida, ni mala onda...)))

    Y como me gusto... Te sigo changa!
    Dani. :)

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  2. aaahhh... y como diría muchacho: "el que nada... no se ahoga"...

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