martes, 19 de julio de 2011

Y por que no un poco de "dolce far niente" !!







¿Cuántas veces la vida nos pone a prueba?

¿Cuántas continuamos haciendo lo mismo que veníamos haciendo sin ser capaces de cambiar?

¿Cuántas nos inmovilizamos por miedo?

¿Cuántas veces amamos de verdad?


Nadie puede decir que algo de todo esto esté bien o mal. Lo que sí creo que podemos decir es que cada anotación que hicimos en un viejo almanaque significó algo: importante, insignificante, bello, malo… pero “algo”.


En el mío, observo a la mujer, joven, adolescente, niña que he ido dejando atrás y pienso en cuánto me ha ido cambiando el tiempo… y en cuánto me cambiará aún.
Pero ¿puedo yo influir en ese cambio?


Días atrás mire una película: Comer, Rezar, Amar… una mujer en crisis en búsqueda de “la” respuesta a su vida. Se divorcia, deja trabajo, hogar, amigos (léase escapa-de-su-rutinaria-y-lujosa-vida) y emprende un viaje que la llevará por diferentes ciudades del mundo y, a la vez, por los sinuosos caminos del alma.


Roma rompe con todas sus estructuras con sus aromas, exquisitos platos y la filosofía del “dolce far niente” que en nuestro lenguaje sería algo así como la “dulce locura de no hacer nada”. En India abandona todo lo físico para ahondar en su espiritualidad y es en Bali donde encuentra el equilibrio y la paz.


En esta película lo superficial, “lo excusable” es la crisis por la que atraviesa esa mujer de cuarenta años que de pronto encuentra que nada por lo que luchó tiene sentido real en su vida.
Lo profundo en la historia, “lo inexorable”… es el miedo al cambio, a transformarse.


Existe un pasaje en que recorren el llamado Augusteum que fue una fortaleza subterránea primero y luego se convirtió en asilo de los indigentes.
Esa ruina, poderosa, tremenda, que divide a Roma en dos, me hizo pensar en su verdadera belleza: una ruina es testimonio de algo que existió y un presente de algo que está en transformación.


De nuevo me digo ¿Cuántas veces la vida te pone a prueba, te deja colgado al borde de un abismo o te regala una inesperada flor en medio de un desierto? Y de pronto miras alrededor y te preguntas: ¿cómo llegué aquí?
Encontrar esa respuesta es motivo más que suficiente para seguir adelante. Siempre sin dejar de disfrutar con todos los sentidos, de todos los momentos, transformándote desde tus propias ruinas, saboreando la vida al máximo… como debería ser, sin miedo a los cambios.




Bueno ahora ya saben si no me ven por aquí por un buen tiempo es porque… (((como digo siempre))) Tiro en la nuca y dejo de sufrir o me tomo el primer vuelo, de avión, sin rumbo fijo!!!
Arrivederci Roma… !!!

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